“Es, por tanto, una de las necesidades de nuestro tiempo vigilar y trabajar con todo esfuerzo para que el cinematógrafo no siga siendo escuela de corrupción, sino que se transforme en un precioso instrumento de educación y de elevación de la humanidad”

S.S. Pío XI



“Que el cine sea ordenado a la gloria de Dios y a la salvación de las almas, y sirva eficazmente para la extensión del Reino de Cristo sobre la Tierra”.

S. S. Pío XII

domingo, 8 de enero de 2012

FIN


Todo tiene su fin, y éste es el de Videoteca Reduco. Hasta aquí hemos llegado.

Luego de varios intentos infructuosos –Dios sabe cómo y cuándo deben ocurrir las cosas- se acaba aquello que debía acabar. Esa otra vida en ciernes antes de la cual debimos dar a conocer ciertas cosas que creíamos tenían algún valor, ahora se impone sobre aquella. Podría decir con el orgulloso que “otras tierras del mundo reclaman el concurso de mis modestos esfuerzos”, si no fuera porque nuestro ideal es exactamente el contrario de aquel personaje que se llamó a sí mismo “lo contrario de un Cristo”.

En fin, para no abundar, queremos dar las gracias a todos aquellos que han pasado y abrevado en este espacio, a los amigos y seguidores de Argentina y de todo el mundo, a los lectores consecuentes y a los pocos que nos consta –porque nos lo han hecho saber- han aprendido algo con nuestros escritos, que no han tenido otro propósito que el de alertar, hacer pensar y esclarecer desde la función de la crítica, de la cual hemos dicho algo en nuestro último ensayo publicado.

También agradezco a las páginas y blogs que han difundido material del blog y a todos los que lo tienen en sus enlaces recomendados. Por todos elevaré una oración.

No me ocuparé, en cambio, de hacer una evaluación o balance. Podría afirmar ante los detractores que siempre vienen bien para revisar y pulir el propio pensamiento, unas palabras castellanianas: “No cumple a uno que trabaja para Dios amargarse porque su trabajo prenda poco, remueva nada, e incluso sea por violencia o fraude sepultado. Tanto peor…para los sepultureros”, pero como en este caso el que tiene la pala en la mano es el mismo autor, no hay ningún reproche, excepto los personales a sí mismo que por propios defectos hayan podido inmiscuirse en la propia obra, lo cual nos lleva a pedir las disculpas que pudieran ser necesarias.

El blog baja la persiana, pero sus puertas están abiertas para hacer uso de toda su mercadería que permanece en stock: más de 130 críticas de películas; varios ensayos sobre temas cinematográficos;  listados de recomendaciones; criterios para valorar el cine; artículos de doctrina católica y política; enseñanzas de los maestros; homenajes varios; además de los enlaces a más de cien sitios y blogs de diferente temática pero de –hasta ahora- excelente calidad y –en el caso de los católicos- comprobada ortodoxia (esperamos sigan así). También dejamos inéditos tres libros de cine, cuya publicación habría servido sin dudas para comprender mejor muchos de los conceptos y puntos de vista esbozados en las críticas del blog. Dios dirá lo que será de ellos.

Dejamos entonces este espacio, con una última entrada allí arriba, un pequeño relato ajeno cuya sencilla fruición espero enseñe y refrene los afanes desmedidos que suele fomentar la Internet en nuestra curiosidad errabunda y soberbia.

A Cristo por María

F.M.